Eres un idiota.
Por que si y por que yo lo digo, simplemente por que lo eres, porque te vienes y porque te vas.
Por que eres un estúpido, porque te juro que de esa manera te comportas, me enojas, me exasperas, me enojas y por tu culpa empieza a dolerme el estomago.
-Pero ahí vas de pendeja a enamorarte, ya ni la chingas-
Y eso es lo único que tengo en la mente desde que te conocí. Sí, la tonta soy yo. Pero tú, además de todo imbécil y patán.
Y no me entiendas, te juro que ni te lo pido y ni me hace falta.
Ya me produces nauseas, que bueno que hace no mucho te “conozco” o bueno medio conozco y eso más bien al que me inventaste, o al que me inventé ¡bah! ya ni importa. Esos me los puedo inventar cada semana, o todos los días para no aburrirme.
Pero aquí tú eres un idiota, un estúpido, un imbécil y un patán. Y todo por que quiero.